lunes, 26 de mayo de 2014

Jorge Chávez Dartnell

Es el máximo héroe de la aviación civil peruana y nuestro Aeropuerto lleva su nombre: Aeropuerto Internacional Jorge Chávez ubicado en el Callao. Nació en París, el 13 de Enero de 1887, fue hijo de padres peruanos que migraron a Francia tras la Guerra del Pacífico. Durante su juventud, transcurrida en Europa, se inclinó por el deporte y las actividades dinámicas: tales como las carreras de autos y destacó además en fútbol y en atletismo, llegando a ser campeón de 400 metros planos y de 1.200 metros en carreras de fondo. Su mayor pasión, sin embargo, fue la aviación. 

Chávez estudió en la escuela de aviación establecida por Henry y Maurice Farman, quienes habían construido varios modelos de aviones, obteniendo la licencia de piloto de aviación nº 32 y realizando su primer vuelo en Reims el 28 de Febrero de 1910, logrando mantenerse en el aire durante 1 hora y 42 minutos. Participa en varios concursos de altura, en el de Biarritz se clasifica segundo y en el de Roun se adjudica el primer lugar. En julio de 1910 termina su contrato con Farman y entra en tratos con Bleriot. El 3 de agosto de ese año, participa en el "Circuito Inglés" en Blackpool, donde se consagra vencedor del récord de altura elevándose a 1,755 mts. en un biplano Farman. Después del récord de Drexela de 2,052 mts. se piensa que el paso de los Alpes se podía intentar, el 18 de agosto, Chávez se inscribe en el raid Briga-Milan, la travesía de los Alpes. En noviembre de 1910 participó, finalmente, en una prueba que consistía en un vuelo de Suiza a Italia con el paso de los Alpes por el cuello de Simplón. Hubo tres concursantes, uno de los cuales –de nacionalidad italiana- fue eliminado por no presentarse a tiempo; el otro, un norteamericano, debió retirarse tras dos intentos fallidos. 

El único que quedó fue Jorge Chávez, quien con su monoplano Bleriot partió en 23 de setiembre de Briga (Suiza), cruzó los Alpes por el Paso de Simplón y llegó al valle de Domodossola (Italia): ¡Había logrado la hazaña! Sin embargo, a punto de aterrizar, a 20 metros de altura, las alas del Bleriot se desprendieron parcialmente y el aparato se precipitó al suelo por la parte delantera.

Durante 3 días agonizó en el hospital de San Biaggio, donde muere el 27 de Setiembre de 1910. Sus últimas palabras fueron: "Arriba siempre arriba".

El Dominical, del diario El Comercio.

sábado, 3 de mayo de 2014

Hoy - Gloria Steffan


Hoy


-
Canción de Gloria Steffan
Letra: Gianmarco Zignano


Costa Verde, Lima.

Laguna de Pacucha, Andahuaylas, Apurímac.





Río Ucayali, el Oriente peruano.

jueves, 1 de mayo de 2014

Viva el Perú


Macchu Picchu

La Pachamama emocionada ante la pregunta indiscreta de los apus acerca de si eran ellas tan bellas como las de otros lugares, hizo que ella se levante orgullosa y mirándoles fijamente a los ojos, ella les respondió:

"De la nada fuimos y ahora existimos gracias a la mano de Wiracocha. Quiso hacernos distintos para adornar un pedazo de tierra enclavada en los Andes. Pero dicen los antiguos que un soplo misterioso nos dio la vida con un distinto ropaje pero con igual hermosura para mostrar al mundo al niño vestido con magnífica riqueza. Después vinieron los hombres, aquellos forjadores de lo imposible ¡Cómo nos contempla Macchu Picchu! ¡Cómo resplandeció el oro de nuestras entrañas! Ellos usaron el conocimiento, la habilidad y la sabiduría, derramaron su sangre y forjaron un Imperio tan inmenso, poderoso, conquistador y guerrero. Unificaron así, casi toda América del Sur, se cubrieron como los más grandes de los siglos. Pero vinieron los de afuera y gran sufrimiento tuvieron sus hijos, acabó la gloria del Tahuantinsuyo pero quedó incólume su espíritu indomable, nada pudieron contra ellos porque siglos más tarde se consumó la Independencia y en Ayacucho se selló la final victoria. Vano sería después no hablar del heroísmo, del amor a la patria y la sangre otra vez derramada por sus soldados y el pueblo entero de todas las sangres cuando las fuerzas superiores del invasor osaron quitar la tierra que los vio nacer. Tremendo valor demostrado para todas las generaciones, una eterna lección de gratitud y un legado a las madres y a sus hijos por el sacrificio en la hora de la prueba. Por eso su bandera, roja por la herida en mil batallas, por la grandeza de su espíritu y blanca por la paz q conlleva el nuevo rumbo y la grandeza de un país que nunca ha muerto.Y así es el Perú, con la cordillera, el mar, el río, la selva recóndita con sus secretos, con su gente cariñosa y su gastronomía que ya traspone fronteras, esta es nuestra tierra. No lo hacen algunos, la hacemos todos si nos unimos para vencer la adversidad".

Entonces los Apus se quedaron mudos y avergonzados, no pretendieron hacer pregunta alguna. Y la Pachamama calló, no pudo evitar que sus lágrimas rodaran por sus rojas mejillas y así brillaron sus ojos más que de costumbre. Nuevamente los apus Los sonrojados desaparecieron pronto entre la lluvia y el granizo. Cuando llegó el silbido del viento y el estruendo del rayo, un cóndor orgulloso voló mucho más alto para perderse entre los nubarrones y los abismos insondables, arreciando luego un vendaval...

Roque Puell López Lavalle
 

El Nombre del Perú



1. El nombre Perú fue desconocido para los Incas. Fue impuesto por los conquistadores españoles y rechazado por los indios del Perú, que negaban a usarlo, según el testimonio de Valera, Acosta y Garcilaso.

2. No fue nombre de la lengua quechua, ni tampoco de la antillana o caribe, sino corrupción del nombre del cacique de una tribu panameña, vecina del golfo de San Miguel, llamado Birú, al que los soldados y aventureros de Panamá dieron en llamar Perú.

3. El primero en tener noticias del cacique Birú, vecino y rival del cacique Chochama, situado en el golfo de San Miguel, fue Pascual de Andagoya, en la visita que hizo en 1522 a ese cacique, reducido por Gaspar de Morales en 1515. En la comarca del cacique Birú había un río que Andagoya remontó y que podría llamarse el río Birú, aunque se nota en la relación de Andagoya, escrita en 1541, cierta tendencia a la inflación de su hallazgo, para relacionarlo con el descubrimiento posterior del Perú. Pizarro llegó en 1526 a Chochama, de regreso del primer viaje y se ocupó de pacificar al cacique de Birú.

4. Los cronistas Oviedo y Gomara, y más tarde Garcilaso y Morúa, sostuvieron la existencia de un río Perú y hasta dieron su posición exacta a dos grados norte de la equinoccial, inmediatamente al norte del río San Juan, lo que dado el error de dos o más grados que arrastra la descripción de Oviedo, daría la longitud de cuatro grados norte, que correspondería al río Hijuu o Ijúa en la costa colombiana del Chocó. Cieza de León negó categóricamente la existencia de tal río, afirmando que "no lo hay que tenga tal nombre". Solitariamente, en el siglo XVIII, el cosmógrafo del Perú, don Cosme Bueno, se echó a sostener que el río que dio origen al nombre peruano fue el río Virú, situado al sur de Trujillo. Los datos cartográficos de la época de la conquista, los mapas de Ruiz y Penate y de Diego Rivera, no consignan río alguno con el nombre de Birú o Perú.

5. Algunos cronistas, alejados del tiempo y del lugar de los hechos, afirmaron más tarde que el cacique vecino de Chochama se llama Periquete o Peruquete, pero los testimonios fidedignos e irrebatibles del licenciado Espinosa, de Andagoya y de Oviedo, cronistas que vivieron en Panamá, revelan que el cacique Peruquete, que fue adjudicado a Hernando de Luque en el repartimiento de 1522, quedaba al poniente de Panamá, en la ruta de Nicaragua y cerca de la punta de Chame. Hasta hoy se conserva un lugar llamado Periquete en la misma región del istmo. Los primeros en confundir al cacique de Birú con el de Periquete fueron los cronistas Estete y Cieza.

6. Las interpretaciones filológicas que han pretendido darse del nombre del Perú, carecen de fundamento lógico e histórico. No puede ser derivado de la palabra quechua pírua, que significa orón o troje, o sea depósito de semillas, como propone el padre Blas Valera, ni del nombre del primer Inca Pirua Pacaric Manco, el portador de las semillas, como sostuvo Montesinos, porque el nombre del Perú se aplicó desde 1527, antes de hallarse pueblos de habla quechua e influencia incaica. Tampoco puede ser derivado del nombre de Piura, lugar que sólo fue alcanzado por los descubridores en 1528. Menos probabilidades tiene la proposición garcilasista, de ser una palabra de la lengua hablada por los indios de Panamá a Guayaquil, en la que la voz Pelu sería sinónimo de río, porque no existen ríos con ese nombre o desinencia en este litoral. Y carece, por último, de toda seriedad, la disparatada afirmación del clérigo Montesinos de que Pirú proviene del hebreo y bíblico Ophir.

7. No hay prueba documental alguna de que Vasco Núñez de Balboa tuviera noticias del Imperio Incaico ni conociera y usara el nombre del Perú. Balboa fue ejecutado en 1519 y la primera noticia del cacique Birú la recibió Andagoya en 1522. El nombre del Perú no aparece en ningún documento escrito hasta 1527, salvo que sea probada la autenticidad del contrato de 10 de marzo de 1526, lo que retrotraería un año dicha fecha.

8. La empresa de Pizarro, Almagro y Luque fue llamada por sus directores y los funcionarios reales de Panamá, "la armada del Levante". Durante los años 1524 a 1527, y aun posteriormente, sólo se habla oficialmente del descubrimiento de "la costa del Levante".

9. Frente a la vaguedad del nombre oficial, surge entre los vecinos de Panamá, los soldados desocupados y desertores de la empresa, el mote burlesco de "los del Perú", aplicado a los que iban llevados por el recogedor Almagro a morir en el marasmo del trópico, en manos del carnicero Pizarro.

10. En la residencia de Pedrarias hecha en 1527, se advierte la contraposición entre el criterio oficial que mantiene la designación del nombre de Levante, para las tierras nuevas del Mar del Sur, y el sentir popular que las ha bautizado con el nombre irreversible del Perú.

11. La capitulación de Toledo vaciló en llamar a la tierra de los Incas "la provincia de Tumbez" o "la provincia del Perú", y terminó inclinándose por esta última.

12. En 1534 surge la denominación cortesana y elegante de Nueva Castilla que perduró apenas en los documentos oficiales, y es vencida, al fin, por el nombre del Perú.

13. Por obra de Pizarro y de su resistencia a la corona y a las pretensiones de Almagro, el Perú de 200 leguas de la capitulación de Toledo se ensancha hasta comprender la Nueva Castilla y la Nueva Toledo, hasta Tucumán y Copiapó, y convertirse en el inmenso Virreinato del Perú.

El nombre del Perú no significa, pues, ni río, ni valle, ni orón o troje y mucho menos es derivación de Ophir. No es palabra quechua ni caribe, sino indohispana o mestiza. No tiene explicación en lengua castellana, ni tampoco en la antillana, ni en la lengua general de los Incas, como lo atestiguan Garcilaso y su propia fonética enfática, que lleva una entraña india invadida por la sonoridad castellana. Y, aunque no tenga traducción en los vocabularios de las lenguas indígenas ni en los léxicos españoles, tiene el más rico contenido histórico y espiritual. Es anuncio de leyenda y de riqueza, es fruto mestizo brotado de la tierra y de la aventura, y, geográficamente, significa tierras que demoran al sur. Es la síntesis de todas las leyendas de la riqueza austral. Por ello cantaría el poeta limeño de las Armas Antárticas, en su verso de clásica prestancia: "Este Perú antártico, famoso…"

Fuente: 

Porras Barrrenechea, Raúl. 1973. El nombre del Perú. Lima: P. L. Villanueva Editor.

La Escultura que "mató" a su Autor

Escultura de Baltasar Gavilán

En la sacristía del Convento de San Agustín, en el Cercado de Lima, permanece casi oculta la escultura más aterradora del Virreinato. Se trata del “Arquero de la Muerte” o "La Muerte Arquera", una efigie en madera policromada. Obra del artista Baltasar Gavilán, quien vivió en Lima en el siglo XVIII. Los padres agustinos conservan  la escultura bajo llave, en un salón que da ingreso a las catacumbas del Convento. Debido a que los agustinos no han perdido la tradición de enterrar a sus hermanos en lugares sagrados, ahí reposan todavía restos de algunos frailes. Si hubo un tiempo en que  “El arquero de la Muerte”, aterrorizaba a los limeños. Hasta poco después de 1824, cuenta el escritor don Ricardo Palma, (1833-1918) en sus Tradiciones Peruanas en 1872, que la estatua era sacada en procesión por los frailes y que consistía en más de veinte pasos las noches del Jueves Santo. Esta estatua, mide 1.95 cm. y está hecha con plasma, según el gusto escabroso del barroco hispano (heredado por el arte virreinal) y representa una de las parcas, personificaciones en la mitología romana. La esquelética imagen sostiene un arco y su rostro compone un cuadro único de crueldad y perversión. Cuenta la tradición según don Ricardo Palma que su escultor Baltasar Gavilán, era un hijo de un español y de una india. Cerca de 1734 a sus 26 años, se encontraba obsesionado con una hermosa y coqueta limeña llamada Mariquita Martínez. Ella nunca le correspondió pese a que Gavilán había desperdiciado casi su fortuna. Una noche, cuando muchacha caminaba por el puente que unía al Cercado con el barrio de San Lázaro, Gavilán saltó sobre ella y le cortó un mechón sobre su cabello. Para evitar ir a la cárcel, Gavilán se hizo monje en el Convento de San Francisco y empezó a esculpir estatuas en piedra y madera. Pese a su vida monástica, se dedicó a la bebida y “labró sus mejores efigies en completo estado de embriaguez”. Baltasar Gavilán enloqueció en su taller la noche que contempló finalizado “El arquero de la muerte”. Se dice también que murió impresionado al haberla terminado viéndola en ese estado. A Baltasar Gavilán se le atribuye también “La Dolorosa”, una estatua de la Virgen María que se halla en la Iglesia de San Francisco, un busto del Marqués Casa Concha y una estatua ecuestre del rey Felipe V,  que coronaba el arco que daba acceso al Puente de Piedra.Fuente: Internet, Ricardo Palma y el diario El Comercio (Febrero del 2014)