jueves, 1 de mayo de 2014

La Escultura que "mató" a su Autor

Escultura de Baltasar Gavilán

En la sacristía del Convento de San Agustín, en el Cercado de Lima, permanece casi oculta la escultura más aterradora del Virreinato. Se trata del “Arquero de la Muerte” o "La Muerte Arquera", una efigie en madera policromada. Obra del artista Baltasar Gavilán, quien vivió en Lima en el siglo XVIII. Los padres agustinos conservan  la escultura bajo llave, en un salón que da ingreso a las catacumbas del Convento. Debido a que los agustinos no han perdido la tradición de enterrar a sus hermanos en lugares sagrados, ahí reposan todavía restos de algunos frailes. Si hubo un tiempo en que  “El arquero de la Muerte”, aterrorizaba a los limeños. Hasta poco después de 1824, cuenta el escritor don Ricardo Palma, (1833-1918) en sus Tradiciones Peruanas en 1872, que la estatua era sacada en procesión por los frailes y que consistía en más de veinte pasos las noches del Jueves Santo. Esta estatua, mide 1.95 cm. y está hecha con plasma, según el gusto escabroso del barroco hispano (heredado por el arte virreinal) y representa una de las parcas, personificaciones en la mitología romana. La esquelética imagen sostiene un arco y su rostro compone un cuadro único de crueldad y perversión. Cuenta la tradición según don Ricardo Palma que su escultor Baltasar Gavilán, era un hijo de un español y de una india. Cerca de 1734 a sus 26 años, se encontraba obsesionado con una hermosa y coqueta limeña llamada Mariquita Martínez. Ella nunca le correspondió pese a que Gavilán había desperdiciado casi su fortuna. Una noche, cuando muchacha caminaba por el puente que unía al Cercado con el barrio de San Lázaro, Gavilán saltó sobre ella y le cortó un mechón sobre su cabello. Para evitar ir a la cárcel, Gavilán se hizo monje en el Convento de San Francisco y empezó a esculpir estatuas en piedra y madera. Pese a su vida monástica, se dedicó a la bebida y “labró sus mejores efigies en completo estado de embriaguez”. Baltasar Gavilán enloqueció en su taller la noche que contempló finalizado “El arquero de la muerte”. Se dice también que murió impresionado al haberla terminado viéndola en ese estado. A Baltasar Gavilán se le atribuye también “La Dolorosa”, una estatua de la Virgen María que se halla en la Iglesia de San Francisco, un busto del Marqués Casa Concha y una estatua ecuestre del rey Felipe V,  que coronaba el arco que daba acceso al Puente de Piedra.Fuente: Internet, Ricardo Palma y el diario El Comercio (Febrero del 2014)

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