martes, 26 de abril de 2016

La Quinta Maldita


La Quinta Heeren es el arquetipo de la Lima Antigua y de pasado esplendoroso de la Ciudad Jardín…

Construida en la cuadra 12 del Jr. Junín (Barrios Altos) por el ingeniero alemán, Óscar Augusto Heeren, con un obvio estilo austro-húngaro a mediados del Siglo XIX, está conformada por una plazuela, callecitas, primorosos jardines con jarrones y esculturas de mármol.

Era tan cotizado el bucólico rincón que Japón, Bélgica, Alemania, Francia y Estados Unidos pusieron sus embajadas allí…

Pero un día todo cambió…después de la Guerra con Chile, la Quinta Heeren supo capear el temporal y sobrevivió con su candorosa existencia hasta que en 1928 se le ocurrió a uno de sus vecinos, al empresario japonés Seiguma Kitsutani, suicidarse haciéndose harakiri…

Ello marcó del ocaso y finalmente la Quinta Heeren pasó de ser un barrio exclusivo a ser un macabro conjunto habitacional donde se escuchan voces macabras y diabólicas durante las noches y epicentro de la mayor actividad paranormal en Lima…es decir, un barrio de almas en pena…

Mi parecer personal es que dicha quinta se maldijo desde el nombre…

El hermano de su constructor fue el comerciante Arturo Heeren, nacido en Hamburgo (Alemania) en 1844, quien se enamoró de la hermana de Carlos González Candamo Iriarte, ex director del Banco Anglo Peruano; socio de la inglesa Peruvian Guano Company Limited; y embajador del Perú en Francia y Gran Bretaña.

El hamburgués logró casarse con Virginia Candamo, y radicar en Europa…Allí él y su cuñado hacen negocios con la casa comercial Raphael e hijos en Londres, y juntos en 1876, lograron a través de un emisario en Lima, traer al entonces candidato presidencial general Mariano Ignacio Prado a Inglaterra donde lo premiaron con numerosas gollerías…

En junio de 1876, un nuevo contrato para la venta de 1,9 millones de toneladas de guano, se firmó entre el ahora presidente del Perú, el general Prado, y Carlos González Candamo y Arturo Heeren…

El convenio estableció que a cambio del guano, el Perú recibiría un total de 700 mil libras esterlinas, en cuotas mensuales, de la nueva consignataria The Peruvian Guano Company, formada para aquella ocasión por Rafael, Candamo y Heeren…

González Candamo y Heeren obtuvieron 2 ½ % de comisión por las ventas de guano, 5% por los adelantos hechos al gobierno, la tasa de 3 libras y 10 chelines por flete (transporte) por cada tonelada de guano de Perú a Europa, y 10 chelines por el costo de embarque…
Por flete y embarque, Candamo y cuñado cobraron 3 o 4 veces más de la tarifa regular…es decir, una sobrevaluación a mano armada….

La ex consignataria Casa Dreyfus empezó entonces una guerra judicial contra el gobierno peruano, mientras la Peruvian Guano Company de Candamo y Heeren iniciaban el festín del negociado con Prado, a sólo 4 años de la Guerra con Chile…

En enero de 1879, la Peruvian Guano Company dejó de cubrir por 2ª vez y unilateralmente el servicio de la deuda externa (ya que los depósitos de guano fósil fueron acaparados por Dreyfus, siendo los más cotizados), desfinanciando aún ya quebrado Estado Peruano a tan sólo 4 meses de una guerra exterior.

Y si podía haber algo aún peor…la Peruvian Guano Company en pleno conflicto con Chile, prefirió tratar directamente con el enemigo, juntamente con un comité de tenedores ingleses de bonos de la deuda peruana…

Heeren murió en San Sebastián de Guipúzcoa (España) en 1921…Candamo Iriarte murió en algún lugar hasta hoy desconocido…su hermano Manuel llegó a ser presidente del Perú en 1903 pero murió en 1907, antes de culminar su periodo…Ello cerró con broche de barro el ciclo vicioso de la corrupción del guano, iniciado en 1842, boyante en 1860 e inicios de la década de 1870, costándole en ingresos al Estado Peruano 108 millones de soles, el promedio anual más alto de 1821 a 1899…

Es decir, la corrupción guanera le costó a la Patria un 4,6% de su Producto Bruto Interno (el índice más alto de todo el Siglo XIX) el cual se fue a los bolsillos de entre otros, a los de Candamo y Heeren, en lugar de financiar escuelas, caminos y hospitales o finalmente, financiar un ejército y una armada lo suficientemente poderosa que hubiera evitado la tragedia de 1879…

Por ello, es mi parecer, la Quinta Heeren está maldita desde su nombre…

Pedro José Cama Calderón 

(Fuentes: “Historia de la corrupción en el Perú”. Alfonso W. Quiroz. 2013; “Mariano Ignacio Prado: general de división del ejército chileno y ladrón del Perú”. César Vásquez Bazán en Cavb.blogspot.pe y “El suicidio del señor Kitsutani en la Quinta Heeren”. Pamela Loli para Elcomercio.pe).


(Foto: La Quinta Heeren en la década de 1930. Cuenta de Sección Audiovisuales Biblioteca Central-PUCP en Flickr.com)…

viernes, 1 de abril de 2016

¡Buen blanco!




(Imagen: Postal de 1908 de la Plazuela de Desamparados…a la espalda, Palacio de Gobierno y quizás el balconcito de Amat para chispear frailes...En Skyscrapercity.com)…

En nuestros tiempos las cosas políticas se manejan de manera “light”, con guantes de seda en comparación con los días que dictaban las leyes virreyes y audiencias en nuestra vieja ciudad…

Por ejemplo, que un arzobispo hable contra unos candidatos presidenciales, hoy es noticia que escandaliza a lo sumo un día y listo, se cierra el libro…pero en los tiempos del virrey catalán Manuel Amat y Juniet, quien según don Ricardo Palma tenía el hobby de meter en vereda las excesiva gollerías de los curas y frailes limeños, el mentado monseñor ya estaría pidiendo asilo…

Amat y Juniet, quien moralmente era lo más lejano a un santo, ordenó a todo cristiano vestido de sotana a reformar sus costumbres (que se habían disipado al extremo en aquel año de 1768) y a seguir a pie juntilla el Evangelio…

Llegó a tal extremo su iniciativa que hizo construir el balcón de Palacio que daba a la Plazuela de Desamparados, para espiar a los frailes que andaban en malos pasos por los barrios de Abajo el Puente (hoy distrito del Rímac), llegando a pasar horas escondido tras sus celosías…

Mayor ojeriza tenía Amat contra los frailes mercedarios (sabrá el diablo porqué), que cuando veía uno cruzársele en la calle, murmuraba “¡Buen blanco!”…y así siempre hasta que uno de su corte se atrevió a preguntarle si hablaba de la calidad de la tela de los hábitos de aquellos y el virrey más popular de la Historia del Perú respondió a la criolla: “¡Buen blanco, buen blanco…para una bala de cañón!”…

Y ahora se habla de anticlericales…

Fuente: 

“Rudamente, pulidamente, mañosamente”. “Tradiciones Peruanas”. Ricardo Palma. 1872.