jueves, 24 de diciembre de 2015

El Carajo


La palabra “carajo”, ha llegado a tener un uso múltiple en todas nuestras sociedades hispanas y puede ser utilizada en muchas expresiones; inclusive con diferente sentido y según el énfasis que se le de, determinará su significado. Carajo es la palabra, posiblemente más usada de nuestra lengua, y aunque los académicos no se han puesto de acuerdo para definirla, el carajo parece ser indispensable en nuestro diario vocabulario.

Según la Real Academia de la Lengua, “Carajo” era el nombre que se le puso al espacio ubicado en la parte más alta de los mástiles de las antiguas carabelas españolas. Era una especie de canasta, que servía como puesto de observación, desde el cual los vigías oteaban el horizonte en busca de naves enemigas, puntos de ubicación o lugares hasta donde querían llegar. Por otro lado, los marinos de aquellas épocas, asociaban al mástil y dicha canastilla, con el órgano sexual masculino.

En aquel lugar, el más alto del mástil y el más inestable de la nave, se sentía en mayor magnitud, el movimiento lateral realizado por un barco de vela, de acuerdo al movimiento del mar. El marino que era enviado a permanecer como vigía, luego de apenas un par de horas, bajaba totalmente mareado; lo que era considerado como un duro castigo y servía para dar escarmiento a quienes cometían alguna infracción a bordo. De ahí parece surgir la expresión: "Váyase al Carajo", como interjección para expresar un desacuerdo con alguien. Pero igualmente, también se acuñó otra expresión: "Ese tipo está del Carajo", cuando algunos marinos, podían permanecer impasibles y tolerar sin mayores problemas los movimientos del barco, aun ante las peores tempestades. De tal forma, poco a poco esta palabra, se fue convirtiendo con el tiempo, en toda una institucion por su multiplicidad de usos, con la que se puede describir posiblemente todo el espectro en el estado de ánimo del hombre; desde el negativo, hasta el positivo.

"Esto está más bueno que el Carajo". Define algo muy atractivo o agradable. Pero igualmente si se trata de algo que no nos agrade, podríamos decir: “Está más malo que el Carajo”.

Si queremos acentuar la mediocridad de alguien muchas veces decimos: “Es más bruto que el Carajo”; pero a la vez podemos acentuar por ejemplo, nuestra admiración por una dama y decir: “Está más buena que el Carajo”.

Si llegamos a una reunión y encontramos buen ambiente, expresamos: “Carajo, que buen tono” y si por el contrario no nos divertimos, entonces lanzamos un: “Esto está más aburrido que el Carajo”.

Y así, podríamos seguramente llenar varias páginas, escribiendo una y otra expresión en la cual vaya incluida la susodicha palabrita: “Carajo”; pero podríamos dar lugar a que alguien reclamara y dijera: “Qué carajo es esto”.

Compilado 

lunes, 30 de noviembre de 2015

El rompehuesos


En las vacaciones del año 1968, el Parque Fátima de Chorrillos albergaba muchas historias. Antes de los trabajo de la nueva Urbanización se contaba sobre el paso de un río importante entre las chacras, maizales y los campos de cultivo que aun contaban con una incipiente ganadería. Para el tiempo transcurrido, ya existían las nuevas casas y casonas y yo vivía muy cerca de allí. Cuando éramos niños, mi prima y yo tomábamos leche pura de un establo que todavía existía en las inmediaciones de donde nosotros vivíamos próximo a la Escuela Militar. Mi mamá siempre nos la traía de vez en cuando y hasta ahora recuerdo la nata que quedaba en la olla, era la más rica y yo la veía asustado como ella nos servía en una taza grande y al final nos la tomábamos toda en un santiamén. ¡Qué tiempos!

En el barrio, tenía algunos amigos que nunca o casi nunca se les veía salir de su casa  pero tampoco me buscaban para ir a jugar. No obstante, pude hacer amistad con niños de mi edad y algunos mayores que yo también que vivían en casas muy modestas en el interior de un callejón y eran tan sencillas como solamente ellas podrían presentarse. 

Los vecinos que allí vivían eran amables y emprendedores, pues muy temprano salían a trabajar para el sustento diario de su hijos.. Recuerdo nuestros juegos y juguetes, uno era el famoso trompo pero otro era el carro patín hecho con nuestras propias manos. Dos maderas cruzadas, una pequeña y otra grande, un pabilo a los costados para alinear  la dirección y cuatro rodajes bien entornillados colmados del buen aceite para correr. Así se parecían a los bólidos de la Fórmula 1 y que bien pintados parecían rugir en el asfalto. No faltaron los que íbamos a la Bajada de los autos al frente de la playa de Agua Dulce para bajar temerariamente empujados por nuestros copilotos a toda velocidad. Así nacieron las carreras y las competencias a ver quién de nosotros era el campeón. Tal vez se arriesgaba la vida sin ningún premio, tan solo con el solemne orgullo de haber llegado primero. 

Luego siguió la famosa "canga" que eran dos palos de escoba viejas, cortados en dos, uno largo y otro pequeño que quien levantaba el más corto y lo hacía volar más lejos, ganaba la competencia. Después venían las bolitas (canicas) de vidrio que se apostaban en el juego de los ñocos (hoyos) en la tierra. Se hacía entre varios y con más de una vuelta para sacar a los competidores, pobres las bolas lecheras y los bolones transparentes, eran los más quiñados pero también las bolas llamadas lecheras eran las más codiciadas.
También estaba como decía, el famoso trompo que solo bailaba y zumbaba al mejor de nosotros pero en el juego de la "cocina", donde estaban solo los incautos e inexpertos, terminaban siendo los únicos maltratados porque sus trompos terminaban totalmente rotos y destrozados. 

Pero aquél deporte después de nuestro himno nacional, era el fútbol. En el parque, jugábamos descalzos, entre las piedras y la tierra sin gras, a lo macho, al dolor que se aguantaba, a la costumbre de hacerse hombre de esa manera y sin ninguna queja para demostrar. Yo lo aprendí así, apretando mis dientes para que no me duela pero igual. Atrás quedó mi inocencia de jugar bien uniformado en el colegio cuando aquí, solo lo hacíamos vestidos con lo que teníamos puesto. Caminábamos lejos para aprender a jugar y ver los partidos de los mayores. Así llegamos y nos colábamos bajando de los cerros, a la famosa "Cancha de los Muertos", nombre que se le daba a un viejo cementerio a la salida de un túnel donde antiguamente pasaba un tranvía. Se llama todavía "La Herradura" y por allí quedaba la iglesia Sn. Pedro que desapareció por el terremoto de 1970.


Ese lugar de muertos se había convertido en un curioso mini estadio de pueblo, allí se hacían los campeonatos de los buenos con equipos invitados de provincias y que venían a Lima a probar suerte. Se jugaba con el corazón, con patadas, maromas y morisquetas amañadas, con la técnica aprendida del momento y sin ningún remordimiento.   

Fueron años maravillosos para recordarlos toda una vida, pero fueron los partidos que uno tras otro nos hicieron madurar. En el parque se vivía el partido, cada saque, cada centro tenía que llegar al gol. Éramos los menores que jugábamos con los de 18 años y casi 20. Nadie esperaba algo mejor que una celebración y de pronto, vino un encontrón. Dije, - foul mío - qué más da pero mi amigo y contrincante sufrió una pequeña fractura.  No me lo dijeron abiertamente y solamente escuchaba rumores. Más tarde se volvió una habladuría y supe que me empezaron a decir "rompe huesos", algo que jamás me enteré pero con el tiempo, mi amigo tuvo el valor de decirme que si lo había lastimado. Me dio mucha pena pero él estuvo con yeso y no pudo jugar una temporada pero seguimos siendo los amigos en muchos momentos porque nuevamente empezábamos a jugar... 

Pasaron algunos años y me tuve que mudar a otro lugar dejando toda mi aventura a la par que mis amigos. Pero regresé y los busqué a todos después, cuando tenía 15 años. Habíamos crecido y otros también se fueron. Nos abrazamos y nos contamos tantas cosas, me emocioné mucho al verlos de nuevo. Algunos después del colegio estudiaban y otros solo trabajan para traer pan para su casa, 
no había nada más que aprender. Esa tarde nos pareció larga y luego fuimos a ver nuestra cancha, en la que siendo niños íbamos a pelotear. Volvían la imágenes del juego, la euforia del momento y los gritos del arquero, ja,  ja, ja... era volver a empezar de nuevo. 

Me despedí y triste fue nuevamente la despedida.Y terco, regreso luego de un año más o menos, cuando me dio una corazonada. Encontré el lugar de siempre, el parque, el rincón del trompo, la esquina de la canga, casi todo pero mis amigos, los del callejón, ya no estaban como tampoco, ¡Oh ingrata sorpresa! sus hogares. Era el precio de la vida ingrata y de la niñez perdida. El recuerdo de esos días, dio lugar a la melancolía, a los crespos hechos por la sorpresa y la desazón. Me dio tanta nostalgia, el pesar en el silencio de mi alma me cargaba mucho porque ahora habían solamente residencias, ya eran otros los niños, otras eran las conciencias y otros perros eran los que ladraban al desconocido... 

Los que viven ahora nunca se enteraron que allí vivieron los palomillas de antes y los atrevidos del mañana. Entre los que recuerdo y que estuvieron en mi mente aquella vez fueron "el pito", "el sacalagua", "el cholo" y entre ellos
 "el rompe huesos". Aquél que al pasar la vida y los encuentros, nunca los dejó de recordar... 

Roque Puell López Lavalle

Arte Mortuorio


El arte mortuorio es bello, especialmente en los cementerios del siglo XIX. Nuestra ciudad tiene cuatro de dicha centuria: uno en los Barrios Altos (el Presbítero Matías Maestro) y tres en el Callao (el Británico, el Baquíjano y el Judío). El Cementerio Museo General "Presbítero Matías Maestro" es un monumento histórico ubicado en los Barrios Altos (Cercado de Lima), ciudad de Lima, capital del Perú. Inaugurado el 31 de mayo de 1808, fue el primer panteón de la ciudad ya que anteriormente los entierros se realizaban en alguna de las distintas iglesias. Fue bautizado en honor de su diseñador, el sacerdote Matías Maestro.

Ellos albergan aristócratas, presidentes, inmigrantes, bebés que fallecían a las horas de nacidos, intelectuales y héroes caídos en guerras. Buena parte de nuestros personajes históricos están allí, bajo tierra ó en nichos, pero el patrimonio material está a la vista de todos, en estos conjuntos monumentales que merecen ser cuidados y puestos en valor. Debemos dejar en claro que estos lugares son un espacio cultural, pues en ellos se mezclan costumbres, ritos, arte escultórico y vivencias de personajes aún vigentes.

Presidentes de la República

En el Cementerio Presbítero Maestro reposan los siguientes...
José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, primer presidente (mausoleo).
José Bernardo de Tagle, IV marqués de Torre Tagle.
José de La Mar (mausoleo).
Agustín Gamarra (mausoleo).
Antonio Gutiérrez de la Fuente.
Andrés Reyes. (Interino)
Manuel Salazar y Baquíjano, IV conde de Vistaflorida (mausoleo).
Felipe Santiago Salaverry (mausoleo).
Juan Crisóstomo Torrico (mausoleo).
Domingo Elías.
Juan Antonio Pezet.
Justo Figuerola.
Ramón Castilla (mausoleo).
Manuel Ignacio de Vivanco.
José Rufino Echenique.
José Balta.
Miguel de San Román (mausoleo).
Manuel Pardo y Lavalle (mausoleo).
Mariano Ignacio Prado (mausoleo).
Nicolás de Piérola (mausoleo).
Miguel Iglesias (mausoleo).
Remigio Morales Bermúdez.
Manuel Candamo (mausoleo).
José Pardo y Barreda.
Guillermo Billinghurst (mausoleo).
Augusto B. Leguía (mausoleo).
Luis Miguel Sánchez Cerro (mausoleo).
Óscar R. Benavides (mausoleo).
Manuel Prado y Ugarteche (mausoleo).

Personalidades:

José de la Riva Agüero y Osma, VI marqués de Montealegre de Aulestia (Mausoleo de la Familia Riva Agüero).
Barón Clemente de Althaus, militar.
Víctor Larco Herrera.
Antonio Raimondi (1824–1890), enterrado en mausoleo (Científico).
Daniel Alcides Carrión, enterrado en mausoleo (Mártir de la medicina).
Henry Meiggs.
Rosa Merino.
Matías Maestro.
Manuel Bonilla, niño héroe de la Batalla de Miraflores.
Eduardo de Habich.
Ernest Malinowski.
Micaela Villegas "La Perricholi".
Alfredo Rodríguez Ballón.
Michele Trefogli, enterrado en mausoleo Trefogli.
Manuel Piqueras Cotolí.
Pío Tristán, último virrey del Perú.
Alejandro Villanueva, futbolista e ídolo de Alianza Lima.
Victoria Tristán de Echenique.
Mariano Felipe Paz Soldán.
Eduardo Carrasco Toro.
Diego Mazquiarán "Fortuna".

Escritores....

Manuel González Prada.
Ricardo Palma.
Abraham Valdelomar.
José Carlos Mariátegui.
José Santos Chocano, único enterrado de pie.
María Wiesse.
Ciro Alegría.

Pintores....

Francisco Laso.
José Sabogal.

Compositores...

Felipe Pinglo Alva.
Carlos Hayre, Compositor/Guitarrista.

Políticos...

Luis A. Flores, político líder de la Unión Revolucionaria.
Francisco José Eguiguren Escudero.
Edgardo Seoane.
Anita Fernandini de Naranjo.
Javier Diez Canseco, que falleció el 4 de mayo en 2013, sus restos fueron cremados y enterrados en una Capilla Familiar.

Compilado

sábado, 31 de octubre de 2015

Día de la Canción Criolla








La música criolla se forja en los callejones de Barrios Altos, lugar donde crecieron los músicos y compositores que harían historia al inmortalizar las vivencias del pueblo. También fue en Barrios Altos que se creó el primer centro musical del Perú, el Carlos A. Saco, y se celebró el primer Día de la Canción Criolla, el 31 de octubre de 1944.

Han pasado 71 años y aunque algunos lugares de reunión han cerrado sus puertas -y otros continúan con la fiesta a puerta cerrada-, hemos seguido los rastros de esta tradición musical que se resiste a desaparecer. ¡Que viva la jarana!
Criollismo: La música peruana se inicia en los años 20 con la denominada ''Guardia Vieja''. Esta música era producida por las clases populares de la ciudad de Lima, constituida por el vals y la polka. Cuando se difundieron estos ritmos en los medios de comunicación, se inaugura una etapa de desarrollo y difusión de la música criolla. Numerosos intérpretes, dúos, tríos e instrumentos empleados han participado de innumerables reuniones criollas animadas con el trinar de las guitarras, el sonido de las castañuelas y el cajón característico.
Resultado de imagen para dia de la cancion criolla animada¿Sabías que hace 71 años se celebra el Día de la Canción Criolla?

"Declárese el 31 de octubre "Día de la Canción Criolla" que se destinará a difundir la música comprendida dentro de la mencionada denominación", cita el documento que promulgó el “Día de la Canción Criolla” el 18 de octubre de 1944. El ex presidente del Perú, Manuel Prado y Ugarteche decretó la ley y anunció la buena nueva en la plaza Buenos Aires de Barrios Altos. Pero, al coincidir esta fecha, 18 de octubre, con la festividad del Señor de los Milagros, Prado y Ugarteche optó por trasladar la fecha al 31 de octubre de cada año.
¿Por qué rememorar esta fechaSe recuerda que ya por ese entonces se empezaba a escuchar en las radios la música de Los Morochucos, Felipe Pinglo Alva y la “Reina y señora de la canción criolla”, Jesús Vásquez. fallece la cantante Lucha Reyes, el 31 de octubre de 1973, lo que motivó la revalorización de la música criolla en este día en peñas, tabernas, en las emisoras radiales, en la televisión, apreciación que iba de la mano con su difusión. Intérpretes como Eva Ayllón, Lucía de la Cruz, Cecilia Bracamonte, Cecilia Barraza, entre otros, así como los que ya no nos acompañan, y sin embargo sus voces aún sigue sonando y son recordados en los corazones de los peruanos, como Óscar Avilés y Arturo "Zambo" Cavero, hacen que nos sintamos orgullosos de nuestra música cada vez que se oyen el sonar de los cajones. 

Compilado

viernes, 9 de octubre de 2015

Nicomedes Santa Cruz

Nicomedes Santa Cruz nació el 4 de junio de 1925, en el distrito limeño de La Victoria ( Fue el noveno de los diez hijos de Nicomedes Santa Cruz Aparicio y de Victoria Gamarra Domínguez. Al concluir el colegio, se dedicó a trabajar en la avenida Abancay a las 12 de la noche, oficio que realizó hasta 1956, abandonando su taller y dedicándose a recorrer el Perú y América Latina, recitando sus décimas y versos. Su cercanía con don Porfirio Vásquez, a quien conoció en 1946, influyó de manera decisiva en su formación como decimista.
Asumió la tarea de revivir el folclore afroperuano, mediante las presentaciones de una compañía teatral que organizó con su hermana Victoria Santa Cruz (1956-1961), a través de actuaciones radiofónicas y sus colaboraciones en el diario Expreso (Perú), El Comercio (Perú) y otras publicaciones.
Debutó en 1958, en el Teatro Municipal de Buenos Aires en Argentina, con la Compañía "Estampas de Pancho Fierro", dentro de un espectáculo denominado Ritmos Negros de Perú. También incursionó en el periodismo, en la radio y la televisión. Poco después incursiona fugazmente en la política, abandonándola al poco tiempo en 1961, y viajando a Brasil en 1963. Entre sus diversos viajes, Nicomedes siguió participando en eventos para promover la cultura afroperuana, entre los cuales destaca la dirección del primer Festival de Arte Negro, realizado en San Vicente de Cañete, en agosto de 1971. Otro de sus viajes tuvo como destino África en 1974, donde participa en el coloquio Négritude et Amérique Latine. Ese mismo año viajo a Cuba y a México, participando en una serie de programas televisivos. A estos países les siguieron Japón (1976), Colombia (1978), Cuba (1979), Panamá (1980).
Desde 1981, se trasladó a Madrid, donde residió hasta su muerte. Allí fue periodista en Radio Exterior de España. Al mismo tiempo en 1987, colaboró en la preparación del disco de larga duraciónEspaña en su Folklore, sin descuidar sus presentaciones en diversos países. En 1989, impartió un seminario sobre la cultura africana en Santo Domingo (República Dominicana) y al año siguiente participó en la expedición Aventura 92, que recorrió puertos de México y Centroamérica.
Afectado por un cáncer de riñón, falleció el 5 de febrero de 1992, después de haber sido intervenido quirúrgicamente en el Hospital Clínico de Madrid. Su aporte fue la obra/poema Las Octavas.
Tomado del Internet



















lunes, 31 de agosto de 2015

Chachapoyas en la memoria


Chachapoyas respira cultura viva. En sus callecitas de innegable corte colonial y con un encanto provincial que ya se perdió en otras ciudades de los Andes peruanos, hay una huella, una manera de ser que termina por conquistar la viajero más cascarrabias. Fundada el 5 de Setiembre de 1538, Chachapoyas fue la primea ciudad asentada en la frontera con la selva amazónica y la sexta urbe diseñada por los españoles en el Perú. Es la ciudad ideal para el visitante, pues se la puede recorrer a píe de cabo a rabo. Es más ni siquiera hay combis y los taxis cobran apenas 2 soles la carrera. Aunque no hay que moverse mucho de la Plaza de Armas para poder apreciar balcones, tejados y una nueva catedral, que se está levantando con uno de sus vértices y que quiere recuperar la arquitectura original de ese templo.

En esta ciudad nació Blas Valera en 1545, quien según Peter Lerche, etnohistoriador, fue uno de los pocos cronistas netamente peruanos de los siglos XVI y XVII: Lerche también se suma a los que creen que Valera (que se suponía oficialmente muerto para ese entonces) fue el que realmente escribió Nueva Crónica y Buen Gobierno, atribuida a Guamán Poma de Ayala. "Como prueba de ello, Valera adjunta un contrato entre él y Guamán Poma" dice el burgomaestre, que sostiene que Valera vivió 19 años en la clandestinidad en el Perú, luego de volver de su exilio español. Misterios históricos la margen, por esta época Chachapoyas vive el fervor religioso y popular de la Virgen Asunta, patrona de la ciudad. 

Y esta ocasión ha sido aprovechada por la Fundación Eco Verde para exponer fotografías de familias y personajes que fueron retratados desde mediados del siglo XIX hasta los años 70 del siglo XX. Junto con las decenas de imágenes históricas, como de la familia Rubio Lynch del siglo XIX, se exhibe una colección de antiguas máquinas fotográficas. Por supuesto, la activa e incansable regidora está detrás de este acto cultural. Quién mas. 

A. Rocha
Revista Somos, 14.8.2008.

viernes, 21 de agosto de 2015

Antigua Portada



Esta antigua Portada se encuentra en la cuadra 3 del Jirón Ancash y es la portada de la Casa Esquivel y Jarava, llamada en la actualidad La Casa de Pilatos, la cual es la sede del Tribunal Constitucional.

Compilado

La Casona Fernandini



Ubicada en la esquina de Rufino Torrico e Ica, la bella Casona Fernandini, luce sus hermosos ornamentos "Art Noveau" y sus amplios ventanales y puertas, coronados con azulejos vidriados policromados. Construido en 1903, perteneció al acaudalado empresario minero: Eulogio Fernandini, padre de nuestra recordada ex-alcaldesa: Anita Fernandini de Naranjo (la primera dama en asumir este alto cargo y recordada también por ser la presidenta del Comité Pro Basílica a Santa Rosa). 

Este bello palacete está construido de cemento y ladrillo, a diferencia de las tradicionales casonas limeñas de adobe y quincha, el diseño arquitectónico correspondió a Claudio Sahut.

Compilado