miércoles, 30 de mayo de 2018

¿Lima o Limac?


Inauguración de la Pileta de la Plaza de Armas de Lima. 1572. En Limateca.org…

Es increíble que el nombre de la Capital de nuestra nación siga siendo aún incógnita y fruto de debates entre académicos…sin llegar a una conclusión…Bueno, como limeño creo tener derecho a postular de entre todas las teorías la que pienso es la más razonable, si me lo permiten ya que ustedes queridos lectores tienen toda la libertad de mandar al diablo mi propuesta…

El historiador jesuita Bernabé Cobo de otro lado creía que el nombre de nuestra ciudad nació de un problema de los indios costeños para pronunciar Rímac y pronunciaban Limac…

Existen documentos de cronistas españoles a pocos años de llegados en 1535, que mencionaban “…en el puerto y pueblo de Lyma” o “asiento del cacique de Lima…”.

El estudioso Pedro Villar Córdova en su obra "Arqueología de Lima" sostiene que LIMA es de origen aimara y denomina una flor amarilla "LIMAC - LIMAC" o "LIMAC - HUAYTA", que servía para acelerar el habla en los niños, pasándoles el tallo de la planta por la lengua. De ahí el sustantivo "Rímac"… Sin embargo, el historiador Guillermo Lohmann Villena sostiene que Lima no es aymara ni quechua ni deriva del río Rímac. Según él, es un vocablo del idioma local preinca: Ishma…

Tras el ocaso del imperio Huari en el 900 DC surgió en los valles de Lurín y el Rímac, el señorío yunga de Ichma o Ichimay. Al norte del señorío Ichma se extendía el señorío de Collique, que dominaba el valle del Chillón y la zona de Carabayllo y llegaba hasta Quivi (Quives actual), los cuales se habrían aliado contra un enemigo común: los Yauyos y Chacllas provenientes de la Sierra. En 1470 d.C. los Incas, irrumpieron y se adueñaron de la fiesta, pero respetaron el santuario de Pachacamac, el cual fue incluso también venerado por los Incas…convirtiéndose aquel templo en una especie de Vaticano peruano… La población del Señorío de Ichma habría alcanzado sólo en el valle bajo del Rímac más de 150,000 personas, pues según las crónicas, los Incas tuvieron que organizar la región en 3 hunos; cada huno abarcaba a 10 mil familias, según la meticulosa organización decimal del Imperio… Diego de Castro y Ortega Morejón, en 1558 escribieron sobre el “valle de Izma”, donde se emplazaba la huaca de Pachacamac. Cristóbal de Albornoz, corrigió después como Ychma, en 1582 el nombre de dicho valle…

Dos eran las naciones que habitaban en lo que hoy es la provincia de Lima

A. El señorío de COLLIC O COLLIQUE, que ocupaba ambas márgenes del río Chillón, por el lado norte se erguía Carguayllu (Carabaillo) y la caleta de Ancón. Rumbo al sur, los predios de Collic acababan donde principiaban los del señorío de Ishmay.

B. A partir de la orilla derecha del río Rímac (Limac), hasta el Pachacamac, incluyendo Lurín, habitaba otra nación con el nombre de ISHMAY…

Aquí viene la teoría que creo más cercana a la verdad histórica

Fue el cronista indígena Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamayhua, autor de una “Relación de las antigüedades deste Reyno del Piru” en 1613, quien bautiza a los yungas de Ishmay como “LIMAC-YUNGAS”, pronunciación costeña de entonces al término quechua RÍMAC, ya que LIMAC es como pronunciaban a su manera los yungas, el nombre Rímac…

Los Limac-Yungas dominaron gran parte de las faldas de la cordillera occidental que miraban al mar; por el norte abarcaba su señorío hasta Collique, y por entero los valles de los ríos Rímac y Lurín. Por el Este colindaba con Huarochirí-Yauyos.

De ancho, el territorio de los Límac-yungas, de norte a sur, tuvo un promedio de 42 km. La creencia que el nombre “lima” provino del río Rímac es más falso que moneda de 6 soles. Rímac se afirma hasta ahora significa “el río hablador”, por el ruido de su torrente en época de lluvias y huaicos en la sierra (mayormente enero y febrero)… Pero los antiguos limeños no le nombraban Rímac por lo “ruidoso”, sino por la imagen de un dios llamado así porque creían que oía y hablaba cuando le preguntaba algo su sacerdote. El dios “Rímac” era un bulto de piedra tenido como oráculo, al que adoraban los habitantes del valle, “por escuchar y contestar en voz alta”, cosa que no hacía Pachacamac, que era medio tartamudo. En honor al dios Rímac, bautizaron lima o Rímac a su valle…su huaca se ubicada en Limatambo o Rímactampu (“casa del dios que habla”)…

Por lo tanto, el río “no habla”, y si el valle es denominado Rímac no es por el río, que permanece semiseco casi todo el año, es decir, mudo…sino por el dios de los Límac-Yungas: Rímac o Límac…

Lima tiene, por ende, nombre de diosa y apellido de reyes…qué más se puede pedir…

Fuente: “La etnia Ishma (Ychsma, Ichma, Ichmay)”. Valdemar Espinoza, 2014.



domingo, 27 de mayo de 2018

El crimen del Hotel Comercio



Cuerpo seccionado de Marcelino Domínguez y equipo de investigadores y médicos que estuvieron en el caso.

Como cada día las instalaciones de la Estación de Desamparados se encontraba lleno de pasajeros que iban y venían. Entre las personas que salían de este edificio había dos españoles que al traspasar la portada de la estación fijaron sus ojos en el hotel que se encontraba al frente, arriba del Gran Saloon dirigido por un italiano de apellido Cordano. Este era el Hotel Comercio y el año era 1930. 

Eran Jenaro Ortiz y Marcelino Domínguez, hombres de buena presencia y que se aprovechaban de esto para estafar a damas solitarias. Venían de dar su último golpe, su víctima: una señora boliviana quien le había confiado a uno de ellos el secreto lugar donde guardaba sus más preciadas joyas. Los dos cómplices habían vaciado la caja fuerte de la dama y huido hacia nuestra ciudad. Ya instalados en el cuarto tuvieron un altercado por el porcentaje que le tocaría a cada uno por el robo. De las palabras alzadas de tono se fueron a los golpes.      

Domínguez sacaría un cuchillo (según versión de Ortiz) y con este atacaría a su compañero quien aduciendo defensa cogió un martillo que se encontraba a su alcance y con este asesto tres certeros golpes en la cabeza del infortunado Domínguez quien cayó herido de muerte. Jenaro Ortiz saldría del hotel y caminaría sin rumbo por algunas calles limeñas. Cuando cayó la noche regreso al cuarto de Hotel y encontró a su compañero muerto en medio de un charco de sangre.           

Como poseído por un impulso diabólico concibió la macabra idea de desaparecer el cuerpo y no tuvo otra idea que descuartizarlo en 6 partes empezando por los miembros inferiores. Una vez culminada esta macabra cirugía, guardo los restos en dos maletas. Limpio la sangre con toallas y ropa de Domínguez que también oculto en las maletas. A la mañana siguiente abandonaría la habitación número 81 del Hotel Comercio y se iría a la calle Concha (cuadra 3 de Jr. Ica), donde el día anterior había visto el letrero de alquiler de una habitación.     

Llegado al lugar con la carga macabra en las maletas, se entrevistó con la dueña, una dama mayor que le cobro 40 soles por el alquiler de la habitación con la letra C ubicado en el segundo piso de una gran casona frente al Teatro Municipal. Pago por adelantado, dejo las maletas y diciendo que saldría a comer algo se fue. No regreso más.  

Dos días después el hedor que salía de la habitación era insoportable y la señora preocupada e imaginándose lo peor acudió a la Primera Comisaria de Monserrat para solicitar la presencia de dos policías a fin de abrir la habitación. Al hacerse presentes estos oficiales se abrió la puerta encontrándose que el olor insoportable venia de las dos maletas. Las abrieron y encontraron el cadáver seccionado de Marcelino Domínguez.          

Rápidamente tomo a su cargo el caso un inspector de investigaciones y tras hacer las indagaciones de rigor descubrió la identidad del asesino y el lugar donde se había cometido el crimen: el hotel Comercio. Se supo que Jenaro Ortiz ya había huido del país. Mientras le prensa limeña daba cuenta detalle a detalles este sensacional suceso, la población estaba conmocionada. Clemente Palma (hijo del gran Ricardo Palma) que era director de La Crónica dijo “Por fin tenemos en Lima un crimen que es moneda corriente en Paris y Londres”.

Se encontró y capturo a Ortiz en Panamá a punto de abordar un barco rumbo a España. Al manifestar este su deseo de venir voluntariamente a Lima a afrontar el juicio no fue necesario hacer los tediosos y largos trámites de extradición. A su llegada al Callao, una gran multitud lo esperaba, todos querían conocer al asesino del Hotel Comercio. La prensa había contribuido a crear en torno a él una figura parecida a un antihéroe, muy macabro por cierto.  

Cada diligencia donde participaba Ortiz (un español de 1.80 de estatura, muy bien parecido y con expresivos ojos azules) era acompañado de una gran cantidad de personas, la mayoría de sexo femenino. La reconstrucción de los hechos realizada en el Hotel casi fue postergada debido a la cantidad de personas que se apostaron en toda la calle Pescadería (primera cuadra de Jr. Caraba ya) y que impedían el libre tránsito del vehículo que conducía al asesino.         

Ortiz ocupaba una celda especial al lado de la oficina del alcaide en la Penitenciaria de Lima (donde hoy se encuentra el Hotel Sheraton y el Real Plaza-Centro Cívico), debido a amenazas que había recibido de otros presos en el lugar. De esta forma fue protagonista de un curioso escape donde por la ventana de la oficina gano la calle con la ayuda de una amiga enamorada. Un jardinero fue detenido y el alcaide fue puesto en observación. Sin embargo, fue recapturado pocos días después. Luego de este incidente se realizo su sentencia: 35 años de prisión.      

Jenaro Ortiz se dedico durante su encierro a hacer zapatos de cuero y tuvo entre sus principales clientes nada menos que al Presidente Manuel Prado Ugarteche, que en la década del 50 lo indulto. Algún periodista acucioso se entero del indulto del ya célebre prisionero y se inicio una campaña mediática en contra del derecho que había sido otorgado al español, para muchos injusto.  

Doris Gibson, joven periodista que escribía en la revista Caretas publico un articulo donde a propósito de todo este escándalo mediático en contra del ya maduro Ortiz, defendía el derecho que tienen las personas de recuperarse para la sociedad en la prisión y poder rehacer su vida recibiendo una segunda oportunidad luego de haber pagado sus culpas. Calo esta opinión y articulo de la guapa Doris en la opinión pública y el tema se enfrió. La historia termina con Jenaro Ortiz visitando a la periodista en su oficina de la revista en el portal de Botoneros de la Plaza de Armas para agradecerle por la publicación.

Tras unas breves palabras él decide irse, la periodista lo acompaña hasta la puerta y desde ahí ve la alta figura del hombre, del español, del asesino del Hotel Comercio, de Jenaro Ortiz perdiéndose entre la cantidad de personas que recorren a diario el Jirón de la Unión. Nunca más se volvió a saber de él.  

(Texto: DP –  Fuente: ACIDEL)